Jorge Zepeda Patterson
En junio de 2007 el go-bernador de Jalisco, Emilio González Márquez, extrajo 67 millones de pesos del “fondo de imprevistos”, destinados a emergencias sociales, para subsidiar a Televisa en la realización de un evento de la empresa llamado Espacio 2007. La desviación de recursos seguramente se tradujo en un importante avance de la carrera del gobernador en relaciones públicas, pero privó a los jaliscienses de un recurso para enfrentar inundaciones y deslaves (que los hubo).
El comportamiento de González Márquez es, por desgracia, bastante común. Los gobernadores y presidentes municipales suelen usar estos fondos como una caja chica para solventar los “imponderables” de su agenda política. La tragedia de Tabasco es sin duda resultado de un fenómeno climatológico; la precipitación pluvial en un lapso de cuatro días ha sido la más alta de la que se tiene registro. Sin embargo, el impacto devastador que eso ha provocado se alimenta en gran medida de la irresponsabilidad acumulada de autoridades estatales y federales.
Tabasco es con mucho la entidad que más recursos ha recibido para obras de infraestructura de prevención. Luego de las severas inundaciones de 1999, se destinaron casi 2 mil millones de pesos para impedir que sucediera lo que hoy, ocho años después, se desató sobre la población. Habría que exigir una investigación para ver cuánto fue utilizado en campañas (presidencial de Roberto Madrazo, estatal de Manuel Andrade, gobernador de 2001 a 2007). Un reporte de Pemex al Poder Legislativo afirma que entregó 684 millones para obras en los dos últimos años del gobierno de Madrazo, pero nunca recibió las auditorías correspondientes cuando se advirtieron aplicaciones irregulares.
En 2003 fue creado el PICI (Proyecto Integral de Control de Inundaciones) entre la Conagua y el gobierno estatal, con inversión de 2 mil 60 millones de pesos, para resolver definitivamente “las inundaciones sistemáticas, principalmente en la ciudad de Villahermosa”. Conagua aseguró entonces que para 2006, cuando el proyecto concluyera, se habrían evitado daños por 16 mil millones de pesos. Los daños que dejarán las inundaciones en 2007 seguramente superarán tales topes.
La desviación de recursos no es el único problema: la negligencia y la irresponsabilidad son notorias. Un reporte de Hacienda de los primeros nueve meses del año, establece que 50 obras hidráulicas en la capital de Tabasco y en varias cabeceras municipales no se habían iniciado, pese a que las autoridades locales tenían asignados los recursos. Seguir leyendo
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