De estos, en teoría cerca de 10 mil son utilizados en labores de policía mediante “prestamos” a la Secretaría de Seguridad Pública federal y la Policía Federal Preventiva (PFP).
Suponemos que aquí no entran los que uniformaditos y todo, andan sembrando el terror en Michoacán, con el pretexto de combatir al narcotráfico. Esos oficialmente siguen dependiendo de los mandos militares.
Adicionalmente se acaba de crear el “Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal” que pretende atender el surgimiento de fenómenos y “situaciones excepcionales” que pongan en riesgo la seguridad de la nación, y cuya finalidad finalidad será el “restablecimiento del orden público y del estado de derecho”.
No se preocupen, nosotros también tenemos el mismo deja vu, se llama Atenco.
Dicho cuerpo estará integrado por el número de elementos que determine el secretario de la Defensa Nacional a petición del Presidente, o sea que si se necesitan los 179 mil 999, pues van.
No es la primera vez que se arman este tipo de engendros, el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) del Ejército fue creado como tal en 1994 durante el conflicto armado en Chiapas.
Cuando se la pelaron, los mandaron a combatir el narcotráfico en Tamaulipas, varios desertaron y se convirtieron en el brazo armado del cártel del Golfo: los famosísimos Zetas.
No somos los primeros (y esperamos no ser los últimos), que están advirtiendo sobre el camino directito hacia la dictadura que esta agarrando este país. Alejandro Nadal publicó ayer en La Jornada, un artículo bastante inteligente sobre ello, donde advertía:
Dicen que las revoluciones devoran a sus hijos. Pero una dictadura se come a quien la engendra. Felipe Calderón debe tener cuidado. Está en el umbral de un proceso del que no hay regreso. Su presidencia ha sido cuestionada en sus orígenes, pero hoy está amenazada por sus propias decisiones. México ha tenido desde fines de la Revolución pasada, un ejército supeditado a las autoridades civiles, en mucho porque por lo menos en el papel, sus funciones estuvieron acotadas a la defensa nacional. Claro, se puede ver un abandono paulatino de esta política sobre todo a partir de la década de los setentas.
Como quiera, legalizar la intromisión de las fuerzas armadas en asuntos de seguridad pública, sólo puede desembocar en el fortalecimiento de la autoridad militar, y Felipe, aunque se vista de casaca, y aunque la Constitución diga que en tanto que Presidente es el comandante supremo, no es parte de ella.
2 comentarios:
Chido la difusión que se hace de nuestros textos. No más si pediríamos que se mencionara la fuente. Atte. RS
saludos desde pseudoelecciones2006.blogspot.com y compañero en blog de blogs, estamos recopilando datos rumbo a la CND y bueno nos falta saber el nombre del resposable y algun numero telefonico estamos en contac
druidaenresistencia@gmail.com
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